Mónica Abeledo
Madre de Guadalupe Giménez Dixon
Fue una experiencia sumamente enriquecedora a nivel humano. Cierto es que Audrey no hablaba prácticamente español, lo cual dificultó que se comunicara oralmente tanto con mi marido como conmigo, no así con Guadalupe que practicó muy intensamente el idioma inglés, demostrando total manejo del mismo. No es menos cierto que no fue necesario hablar para entablar un lazo afectivo con Audrey, al punto tal que nuestra hija Guadalupe fue invitada por Audrey y su familia a pasar las navidades a su casa, invitación que incluye pagar el 50% del pasaje aéreo hasta Seattle por parte de ellos. Cuando nos propusimos para recibir una estudiante en casa, en la medida que se acercaba el día, con mi marido teníamos ciertos temores tales como si nos íbamos a adaptar, si la invitada se sentiría cómoda, etc. Nada de esto sucedió y al contrario, la experiencia resultó de maravillas y cuando nuestra invitada se fue la extrañamos. En síntesis, fue una experiencia muy enriquecedora para nuestra familia.